Os três mundos de Penrose
“La realidad es una sola unidad clasificable en
tres mundos. Por su consistencia interna inmutable el mundo matemático ocupa
una posición especial. Al mejor estilo platónico, las matemáticas habitan en un
mundo del ser, eterno, armónico y perfecto. Los elementos matemáticos poseen
una existencia que sólo puede ser descubierta a través de la inteligencia.
Decimos, pues, que es un mundo inteligible.
Existe también un mundo físico. Es la realidad
sensible y perceptible a través de las sensaciones. Las ciencias físicas
estudian las propiedades de este mundo dinámico e imperfecto, que son
susceptibles de comprobación experimental. Es un mundo de luz y de procesos
materiales explicables mediante cuatro interacciones básicas descritas mediante
elementos del mundo matemático. El fundamento ontológico del mundo físico es
matemático.
Además, Penrose incluye un mundo de experiencias
psíquicas, personales e intersubjetivas. Es el mundo psíquico donde acontece la
conciencia. La conciencia es una propiedad psíquica de algunos seres materiales
del mundo físico. Los animales superiores participan de esta dimensión psíquica
de la realidad. No podemos decir lo mismo de una roca o de un átomo. Sólo una
parte del mundo físico ha producido conciencia. Existe, pues, una relación
entre los mundos físico y psíquico.
Por último, Penrose establece una interrelación
entre el mundo psíquico y el matemático, que termina de unificar la realidad.
El mundo matemático es aprehendido por un ser físico y consciente concreto. El
hombre es capaz de conocer el mundo matemático. Es el único ser del mundo
psíquico capaz de contemplar las verdades matemáticas. Gracias al hombre, surge
la unidad de los tres mundos: una parte del matemático soporta lo físico, una
parte del físico lo psíquico y una parte del psíquico contempla lo matemático.
En síntesis, vivimos en una única realidad con tres dimensiones: matemática,
física y psíquica.”
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