Entre o nirvana e o mundo não existe a mais mínima diferença

XIII - Aureola
Es conocida la parábola sobre el reino mesiánico que Benjamin (que la había escuchado de Scholem) contó una tarde a Bloch y que éste transcribe en Spuren: «Un rabino, un verdadero cabalista, dijo una vez: para instaurar el reino de la paz no es necesario destruir todo y dar inicio a un mundo completamente nuevo; basta empujar sólo un poquito esta taza o este arbusto o aquella piedra, y así con todas las cosas. Pero este poquito es tan difícil de realizar y su medida tan difícil de encontrar que, por lo que respecta al mundo, los hombres no pueden hacerlo y por eso es necesario que llegue el Mesías». En la redacción de Benjamin esta parábola suena así: «Entre los sabios se cuenta una historia sobre el mundo por venir que dice: allí todo será justamente como aquí. Como ahora es nuestra estancia, así será el mundo por venir. Donde ahora duerme nuestro niño, allí dormirá también en el otro mundo. Y aquello que nos ponemos en este mundo, lo llevaremos también allá. Todo será como ahora, sólo que un poco diverso». La tesis según la cual el absoluto es idéntico a este mundo no es una novedad. En su forma extrema, ha sido ya enunciada por los lógicos indios con el axioma: entre el nirvana y el mundo no existe la más mínima diferencia. (...).
Retirado (p.36) daqui... 

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