El sueño de HIPATIA
“La época de
Hipatia se parece mucho a la nuestra. El cristianismo quería imponer por la
fuerza su doctrina. ¿No se parece eso a lo que está pasando en nuestros días
con muchos temas?
Hay elementos que nos permiten establecer un
paralelismo entre aquel mundo y el nuestro. Yo iría incluso más allá. Creo que
el mundo de la Alejandría que vivió Hipatia, finales del siglo IV y principios
del V, es un mundo agotado. Ni siquiera estamos hablando de crisis sino de
agotamiento. Hay elementos que me permiten vislumbrar que nosotros también
estamos en el final de un ciclo. Y no lo digo porque haya una ola de pesimismo
que inunda el mundo occidental, o porque estemos en una crisis de proporciones
muy importantes, sino por hechos que se viene dando. Por ejemplo: el mundo rico
de aquella época, a pesar de que estaba en crisis, era el romano y había mucha
gente fuera del imperio que quería entrar en ese mundo rico, porque se vivía
mejor. De hecho, las autoridades romanas concentran las legiones en las
fronteras ejerciendo mecanismos de control para impedir que la gente entre. No
hace falta tener mucha imaginación para trazar el paralelismo. Otros hechos:
aquella época se caracterizó por una grave crisis de natalidad, los matrimonios
tenían pocos hijos mientras los pueblos que vivían fuera se desarrollaban
demográficamente con mayor intensidad. Los romanos habían forjado su imperio a
base de golpe militar, un distintivo del imperio romano eran sus legiones. En
esa época, los romanos no tenían muchas ganas de ser soldados para luego
retirarse a recibir los beneficios, así que contrataban tropas mercenarias que
se encargaban de defender la frontera. La gran frase de aquella época era “pan
y circo”. Los circos se llenaban como ahora y no hace falta tener mucha imaginación
para saber cuáles son los circos de ahora donde la gente se reúne los domingos
a gritar y a vociferar pidiendo una subvención, ese pan que se pedía en la
frase. Creo que hablamos de un mundo donde la esperanza se había perdido, donde
las viejas religiones no daban respuesta a las necesidades de aquella gente. Hoy
sabemos qué elemento sustituyó a ese mundo, a esa civilización greco-latina, romana,
que se hundía estrepitosamente y que fue ese cristianismo que tiene un sector
fanático que va a imponer muchas veces sus criterios. No acabo de ver qué puede
sustituir a este mundo, tal vez en algún sitio del planeta se esté gestando
algo que todavía no hemos sido capaces de detectar los contemporáneos y que
dentro de unas décadas pensemos “esto fue lo que acabó con nuestro mundo”, si
es que este mundo se acaba, que a lo mejor no se acaba, no lo sé.” .... Aqui.
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