Os bebés pensam antes de falar...
¿Cuándo empiezan los bebés a ser
conscientes de lo que ven y a recordarlo? Este ha sido un
interrogante clásico de la psicología evolutiva. A mediados de los 60
del siglo pasado se pensaba que los lactantes no eran capaces de recordar lo
visto y oído, y menos aún pensar sobre ello. Hoy se sabe que sus
diminutas mentes pueden pensar antes incluso de balbucear sus primeras palabras,
lo que suele ocurrir alrededor del primer año. Y también que sus
pequeños cerebros se afanan por ordenar mentalmente el entorno en que viven y
organizarlo todo en categorías para entender mejor el mundo: animales, objetos
inanimados, personas mayores (bastante impredecibles)… Incluso hacen
inferencias sobre las leyes físicas como la gravedad, más predecibles que
las que rigen el comportamiento humano, que comprueban incansablemente dejando
caer una y otra vez el mismo objeto al suelo, para desesperación de sus
cuidadores. A punto de cumplir un año son capaces también de hacer predicciones
probabilísticas sobre su entorno, con mayor seguridad sobre objetos
inanimados (y con menor probabilidad de acierto respecto a los adultos, que con
frecuencia les desconciertan con sus reacciones).
Esta gran variedad de habilidades
cognitivas ha llevado a los expertos a pensar que incluso a edades
tan tempranas son ya bastante conscientes de su entorno. Pero comprobarlo
de forma objetiva no es fácil, dado que los niños menores de un año, salvo
excepciones, no saben hablar y por tanto no suelen informar de sus
pensamientos. Hasta ahora se han basado en datos indirectos, como en la
atención que prestan a lo desconocido. El chupete ha sido también un aliado
importante. Cuando un bebé ve algo nuevo, deja de chuparlo, para centrarse
mejor en lo que tiene delante. A medida que se familiariza y pierde interés en
la novedad, retorna a sus rítmicos chupetones. Aún así estos indicadores
dejaban mucho que desear.
Pruebas objetivas
Un descubrimiento llevado a cabo por el
equipo de investigación de los neurocientíficos Ghislaine Dehaene-Lambertz y
Stanislas Dehaene, veteranos en el estudio del cerebro de los bebés, que se publica en el
último número de la revista Science, aporta una manera más fiable de determinar cuando los
pequeños que aún no hablan registran de forma consciente un estímulo visual.
Los investigadores franceses, después de
observar la actividad cerebral de 80 bebés de 5 a 15 meses, han
descubierto una señal en el cerebro que identifica de forma muy fiable
el inicio de la consciencia visual, o lo que es lo mismo, la capacidad para
ver y recordar lo que han visto. Esta señal es la misma que aparece en los
adultos cuando se les muestra muy brevemente una cara, seguida por otra imagen
de un rostro desordenado, con el objetivo de que el primero no se perciba
claramente. A pesar de ello, los adultos posteriormente informan que
efectivamente han visto la primera cara. Esta estrategia de investigación se
denomina enmascaramiento visual.
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